Jean-Jacques Rousseau nació el 28 de junio de 1712 en Ginebra, Suiza; su madre murió poco después de su nacimiento. Cuando Rousseau tenía 10 años, su padre huyó de Ginebra para evitar el encarcelamiento por un delito menor, dejando que el joven Jean-Jacques fuera criado por una tía y un tío. A los 13 años, Rousseau fue aprendiz de grabador.
En 1728 (a la edad de 16 años), Rousseau
Dejó el comercio de grabados para viajar, pero rápidamente se convirtió en secretario y compañero de Madame Françoise-Louise de Warens. Esta era una relación inusual: doce años mayor que él, era a su vez una figura materna, una amiga y una amante. Bajo su patrocinio, desarrolló un gusto por la música. Se estableció como profesor de música en Chambéry (1732) y comenzó un período de intensa autoeducación.
Señora de Warens
Denis Diderot
En 1742, Rousseau se mudó a París, donde se convirtió en un amigo cercano de Denis Diderot, quien debía encargarle que escribiera artículos sobre música para la Enciclopedia Francesa.
A través del patrocinio de muchas mujeres de la sociedad, Rousseau se convirtió en la secretaria personal del embajador francés en Venecia, un puesto desde el cual fue despedido rápidamente por no poder soportar a un jefe a quien veía como estúpido y arrogante. Jean-Jacques Rousseau regresó a París en 1745 y se ganó la vida como profesor de música y copista.
A pesar de haber tenido una infancia inusual sin educación formal, Rousseau fue uno de los pensadores más influyentes de la Ilustración europea del siglo XVIII .
Una respuesta ganadora
Su primer trabajo filosófico importante, Un discurso sobre las ciencias y las artes , fue la respuesta ganadora a un concurso de ensayos realizado por la Academia de Dijon en 1750.
En este trabajo, Rousseau argumentó que la progresión de las ciencias y las artes causó la corrupción de la virtud y la moral. Propuso que el progreso del conocimiento había hecho a los gobiernos más poderosos y había aplastado la libertad individual; ese progreso material había socavado la posibilidad de una amistad sincera, reemplazándola con celos, miedo y sospecha.
Rousseau sostuvo que el objetivo del gobierno debe ser garantizar la libertad, la igualdad y la justicia para todos dentro del estado, independientemente de la voluntad de la mayoría.